sábado, 2 de marzo de 2013

Una nueva final

Nuestro Atlético, ese que este año nos está haciendo recuperar, de la mano del Cholo, la ilusión perdida durante tiempo, ese que ahora luchay muere en el campo sin dar un balón por perdido, ese que ha pasado del victimismo del 'pupas' al convencimiento de que es capaz de cualquier cosa, se ha clasificado para una nueva final. 
Más allá del esfuerzo de los jugadores, que está siendo innegable, más allá de la calidad de la plantilla que, aunque corta, está bastante bien compensada, más allá del incondicional apoyo de una afición que siempre fue fiel a sus colores, el responsable de este cambio tiene nombre y apellidos. Diego Pablo "El Cholo" Simeone ha sido capaz de obrar el milagro de sacar de la mediocridad a este equipo. No son los resultados, que ya habían llegado con anterioridad, sino la forma de juego. Este equipo ahora muerde, ahora se siente capaz de plantar batalla a cualquier equipo del mundo. Sabe a lo que juega, y lo hace bien. Sabe cuáles son sus armas y las utiliza a la perfección. No sólo presume de haber sido un grande sino que demuestra día a día que lo sigue siendo y además contagia al público. La afición se siente más apegada que nunca al equipo. Me tendría que remontar muy muy atrás en el tiempo para recordar haber sentido con el Atleti lo que siento ahora. Desde la época de Calderon, con Luis Aragonés en el banquillo, no sentía la misma emoción cada vez que juega el Atlético.
Lo del miércoles en Sevilla no pasará a los anales de la historia como un gran partido, no será recordado como una gesta del equipo, pero es la culminación a una trayectoria, el cumplimiento del un bojetivo ambicioso. Al comenzar la temporada Cholo marcaba como objetivo clasificarse para la Champions, es decir, quedar entre los cuatro primeros de la liga española, y alcanzar la final del a Copa del Rey. Objetivos cumplidos. La liga no ha terminado pero el tercer puesto es prácticamente seguro y en la final de Copa espera el eterno rival.
No voy a realizar esta vez una crónica elogiando las virtudes del equipo ya que éstas se elogian solas con el resultado, con la lucha, con el gran partido de Arda, Tiago, Gabi y compañía, con la genialidad demostrada por Diego Costa y con la efectividad infalible de Falcao.
No voy a criticar tampoco a un equipo sevillista marrullero y violento que cuenta en sus filas con un delincuente habitual de los estadios, como Medel que, tras romper el brazo a Tiago agredió a varios jugadores atléticos hasta terminar expulsado demostrando su calaña en el camino a los vestuarios. El Sevilla es la suma de un gran jugador, Navas, más algunos pocos salvables y una orda de bárbaros que completa el once.
Lo único que quiero remarcar tras este partido es el orgullo que me hace sentir el equipo últimamente. Las pancartas que se despliegan en el Calderón, lejos de lo que muestran en otros estadios, rezan lemas como, por ejemplo, "La gloria se consigue luchando". Clara identificación de la afición con el espíritu cholista del equipo.
Tras este partido queda la final, en mayo, y la liga. Una liga en la que el Atlético sigue segundo y en la que este domingo se libra una batalla crucial. El partido en Málaga en la misma jornada en la que se enfrentan un Real Madrid que nos persigue a 4 puntos y un Barcelona que sigue por delante a 12 puntos de distancia, marcará, sin dudas, las aspiraciones del Atlético en liga. Si el Barcelona gana y el Atlético no lo hace, la liga estará sentenciada. Si el Atlético gana y el Barcelona no lo hace, la liga a 9 ó 10 puntos es aún viable, aunque difícil. Nos encontramos, pues, ante la jornada definitiva para saber si el Atlético mantiene aún alguna esperanza de luchar por la liga o si, por contra, el máximo que podrá alcanzar es el segundo puesto. 
Pase lo que pase nadie se sentirá defraudado. Cualquiera habríamos firmado al principio de la temporada estar en esta situación y todos seguiremos felices y apoyando a nuestro equipo. No hay nada que perder. Pero sin embargo, si hay mucho que ganar. La inyección de moral del pase a la final de Copa puede motivar mucho al equipo y, si la distancia con el Barcelona se reduce a 9 ó 10 puntos, nuestro Atlético seguirá plantando batalla a la espera de un tropiezo del Barcelona y de los partidos contra Real Madrid y Barsa en el Calderón.
La solución, el domingo.

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