lunes, 18 de febrero de 2013

Pepe, Ramos y los de negro

Ante el espectáculo que brindó el Real Madrid ayer en el campo, las declaraciones de Sergio Ramos, las protestas de Mouriño y las opiniones de los periodistas a sueldo de la casa blanca sólo quedan dos posibles reacciones. La primera, la vergüenza que deben sentir los seguidores madridistas, que ven como un club histórico se está convirtiendo en una panda de llorones. La segunda, la indignación de los que no somos madridistas al ver cómo el club más favorecido por los árbitros en la historia del fútbol español se queja de la actuación arbitral en un día en el que, de nuevo, el arbitraje les favoreció claramente.

Ayer estuve viendo el programa Futboleros en Marca TV, cosa que no hago muy a menudo porque es una emulación de los debates de Tele5 en versión merengue. Sí, es ese programa en el que tres fanáticos socios madridistas ultras disfrazados de periodistas se enfrentan a un fanático barcelonista con la participación de algún atlético, sevillista o cualquier otro comparsa y moderado por otro merengue al uso. En el programa de ayer pusieron la moviola de las jugadas del Real Madrid, como no, para quejarse una vez más del arbitraje. Tras media hora de discusión convinieron en que la primera tarjeta de Ramos no se la deberían haber mostrado y que era indignante la persecución a Sergio Ramos. Luego, en otra moviola defendieron la involuntariedad del pisotón de Pepe y sin embargo reclamaron una tarjeta roja para Lass por una mano en un control. En el programa también interviene un ex-árbitro, Andújar Oliver, que actúa como experto independiente en las jugadas polémicas.

Viendo el programa me quedé ojiplático viendo como Andújar explicaba la obviedad de la justicia de la primera tarjeta a Ramos. El defensor merengue hace una entrada en plancha al tobillo de Leo Baptistao (merecdora de tarjeta), a continuación, como Leo sigue la jugada, desplaza con el brazo al rayista derribándole fuera del campo sin que el balón esté por medio (acción merecedora también de tarjeta). Como el balón sigue en juego en posesión del Rayo, el árbitro aplica la ventaja. Entonces Ramos persigue al otro jugador rayista y le derriba sujetándole por detrás con el brazo (falta y posible tarjeta de nuevo). Entonces el árbitro detiene el partido señalando la falta y muestra a Ramos la tarjeta por la acción anterior sobre Leo Baptistao. Tarjeta amarilla de libro que el niñato del Madrid reclama y que los forofos de la por lo visto famosa 'bancada triste' del programa niegan indignados. Dos minutos después, Ramos se tira ante un centro de un jugador del Rayo con los brazos abiertos en la caída y el balón le golpea en el brazo extendido. Falta y amarilla de nuevo de libro. Por tanto, la conclusión está clara. Ramos fue expulsado por doble amarilla JUSTAMENTE. Las imágenes lo demuestran una y otra vez mientras los periodistas forofos lo niegan mirando hacia otro lado.

Pero luego ponen la jugada de Pepe, que derriba al Chori en una acción merecedora de tarjeta amarilla y, cuando este cae, le pisa en la espalda. Los forofos defienden lo indefendible pero, según ponen la repetición una y otra vez, se va a preciando con claridad que Pepe gira la cabeza hacia la izquierda para ver como cae el jugador contrario, calcula la tayectoria de su caída y extiende la pierna de forma antinatural para pisar al contrario mientras gira la cabeza para disimular. Pisotón intencionado en la espalda de un contrario del violento jugador del Madrid que ya cuenta en su historial con decenas de jugadas similares a esta, cuando no peores. El árbitro no sólo no expulsa al asesino en serie portugués sino que ni siquiera le muestra la amarilla por la acción, lo cual es lógico porque de hecho no pita ni falta. En la segunda parte sí muestra una amarilla a Pepe por una obstrucción con codazo incorporado que, como mínimo, debería haber sido la segunda amarilla.

Al margen de la mano de Lass, que Andújar explica con claridad que al no cortar acción del equipo rival no es merecedora de tarjeta, se ve otra repetición de una clarísima mano de Coentrao en el área del Madrid que es merecedora de penalti y amarilla y que el árbitro de nuevo no ve. Sobre lo que pudiera pasar en el partido con un Real Madrid con nueve jugadores y un penalti en contra no voy a hablar, porque no ha lugar.

Posteriormente, Sergio Ramos hace unas declaraciones diciendo que él es un santo, que es conocido porque nunca hace una entrada con malas intenciones y que hay poco menos que una persecución contra él por parte de los árbitros.

Queridos lectores, vamos por partes.

Sergio Ramos es un tipo violento, un lobo disfrazado de cordero que se ampara en la simpatía que provoca, que no es otra que la de los tontos salaos, para quejarse cuando le pitan algo. Además de eso es un llorón. La calidad de este personaje quedo clara en las declaraciones tras el partido contra el Atlético debidas al enfrentamiento con Diego Costa. Se queja de haber recibido un escupitajo del delantero Atlético y manifiesta que es un comportamiento antideportivo contra él, que él es un caballero y que nunca realiza acciones parecidas. Dice que lo de Costa hay que enseñárselo a los niños como ejemplo de lo que nunca debe hacerse en un campo de fútbol y bla bla bla. Lo de siempre. Luego las imágenes demuestran que es Ramos el que escupe a Costa y que éste se quita el escupitajo de Ramos con la mano y le arroja de vuelta su propio salibazo. Esa simple acción seguida de los comentarios de Ramos demuestran que este tipo es un falso y un barriobajero capaz de cualquier artimaña poniendo cara de tontito y auto-beatificándose ante las cámaras para ocultar la realidad de su pésima calidad como persona, de sus comportamientos antideportivos y de su historial poco menos que delictivo dentro del terreno de juego. Sí, señores, Ramos es tan buen jugador como mala persona y lo demuestra día tras día.

Lo de Pepe ya, por reiterado y conocido, aburre un poco, pero merece ser detenido en seco ya, antes de que este tipo cause a algún futbolista un daño irreversible. Este tipo ha cruzado la línea de duro, de leñero e incluso de violento para pasar a convertirse en un auténtico peligro para todo el que pasa a su alrededor. Ha agredido a jugadores de equipos contrarios y a compañeros de su propio equipo en el campo, en los túneles de los vestuarios y en cualquier sitio que pueda. Se comenta en los círculos más allegados que su mujer duerme con espinilleras. Este tipo, por cierto, tan del agrado y del estilo de Mouriño, no puede seguir jugando al fútbol ni un minuto más. Al menos no en un país civilizado como supuestamente es el nuestro. Lo increíble es que los mismos que critican el comportamiento de Ballesteros, David Navarro y otros defensas, defienden a ultranza a este descerebrado. Inaceptable.

Por último sólo me resta decir que el victimismo de algunos sectores del Madrid y las denuncias de persecución arbitral de determinados supuestos periodistas interpretando a su manera las ayudas que siempre ha recibido el Madrid desde el inicio de los tiempos, me parece deleznable y bochornoso. Ellos se creen que engañan a los aficionados con esas excusas pero los que entienden de fútbol, y me consta que en el Bernabéu hay bastantes, conocen la realidad: El equipo está mal, juega mal y la única excusa que se les ocurre a los Mouriñistas es culpar a los árbitros del mal juego del equipo. La superioridad abrumadora, casi insultante del Barcelona no les deja asumir la realidad y buscan constantemente maniobras de despiste para ocultar una realidad manifiesta. Las patadas de sus jugadores, el comportamiento de su técnico y las mentiras de su prensa a sueldo no hacen sino dar la razón a los que entendemos un poco de fútbol y nos gusta ver la realidad como es y no como nos la quieren contar algunos.

Ni Mouriño, Pepe, Ramos, Coentrao y compañía podían llegar a más ni el Real Madrid a menos. Esto requiere una actuación urgente de los socios para echar a la calle a toda esta morralla con Florentino a la cabeza como máximo responsable de este desaguisado. Los problemas del Atlético con su directiva y la estructura de la sociedad no pueden ser solucionados por los socios, ya que se trata de una Sociedad Anónima Deportiva, pero los problemas del Real Madrid tienen solución si los socios, dueños del club y por lo tanto de su destino, se ponen de acuerdo y deciden devolver al club al lugar que por historia le pertenece, al menos en lo que a señorío se refiere.

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