domingo, 15 de abril de 2012

-NO LO HICISTEIS TAN MAL-


Ayer jueves, Pedro salió de casa camino del trabajo. Cabizbajo. Su “Aleti” había vuelto a perder otro derby. El vigésimo sexto. Recordando las humillaciones de las que era objeto, en el colegio primero, después en la universidad, y el cómo tenía que esconderse literalmente de sus colegas madridistas cada vez que el eterno rival le mojaba la oreja a su equipo, encaró el ascensor de la oficina. Planta cuarta. Sin embargo, ni el guardia de Seguridad ni el conserje parecieron advertir su presencia. “Hola”, “Hola”. Nada más. De camino a su mesa, Pasillo 3 Sector 5, misma tónica. Saludos corteses sin más. Un momento, ahí llega García. Madridista acérrimo e insigne tocapelotas. “Pedrito, ánimo chaval, que no lo hicisteis tan mal”. Esas palabras se clavaron en el alma de Pedro como si fuesen cien puñales afilados. Un sentimiento de rabia e impotencia recorrió su cara. Ya no se sentía ofendido, como quince años atrás. Ahora además, humillado. Fue entonces cuando, el bueno de Pedro respiró hondo, reflexionó y comprendió por qué había sido tratado como si fuese un seguidor de un equipo de barrio por otro de un gran club. La cosa estaba clara: ellos tenían a un crack mundial. Si no, otro gallo hubiese cantado. ¡Qué mala suerte. Ese Curtoise! Sonrió, comenzó a silbar el himno y se puso a trabajar.

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