At. Madrid 1 - Valencia 2

Hola, blogueros.
Es difícil de escribir una crónica de lo sucedido ayer en el Calderón porque es difícil de explicar lo sucedido, y sólo alguien que conozca bien al Atleti y su estado de ánimo actual lo puede llegar a entender.
El planteamiento de Quique no es fácil de entender pero, exceptuando las cabezonadas en defensa, la verdad es que ayer no funcionó mal. El Atleti salió a jugar al fútbol desde el principio y, fruto de esa intención llegó el primer gol muy temprano. Un cúmulo de errores del Valencia en defensa le deja un balón franco a Reyes, que culmina con acierto.
El resto del primer tiempo, amén de las patadas con las que se despachó el Valencia y que sufrieron en sus piernas el Kun, Raúl García, Fran Mérida y, sobre todo, Reyes, fue de control casi total del Atlético. Sólo una oportunidad del Valencia, balón diagonal al área franco para Perea, intento de despeje de éste de patio de colegio, con patada al aire sin tocar el balón, que tras el fallo y ante el desconcierto de Godín, le llega al pie a Joaquín, que fusila a placer a De Gea. Una ocasión, un fallo de Perea, un gol.
En la segunda parte los dos equipos bajaron bastante el pistón. La gran ocasión del Atleti, un penalti claro a Reyes que lanza bien Forlán pero ajusta demasiado y termina en la cepa del poste (error sólo explicable por la especie de gafe que parece rodear últimamente a Diego y que esperemos que termine pronto).
Ante el acoso del Atleti, en un contragolpe, Joaquín coloca perfectamente un disparo al que no logra llegar De Gea.
En lo que atañe al fútbol en si, poco más que contar. Dos llegadas, dos goles. El Valencia se hizo con una victoria que aún ahora no se deben creer ni ellos. El Atleti, sin hacer un gran partido, mereció mucho más. Pero es que el Valencia no hizo nada, absolutamente nada para arrancar algo positivo del Calderón.
El árbitro, como viene siendo costumbre en el Calderón, mal. Muy mal. Terríblemente anticasero. Consintió al Valencia todo el juego duro que quisieron. Maduro debió ver la roja en un par de ocasiones. Midió con distinto rasero a los dos equipos, como viene siendo habitual en el Calderón. Y para remate, la injusta expulsión de Godín que solo vio él. El Atleti tiene que protestar de los árbitros. No se nos rspeta en absoluto desde hace tiempo, pero este año especialmente estamos sufriendo unos arbitrajes injustos, partidistas e intencionados en contra de nuestro club. Basta ya de Villarato y de manipulación arbitral. Si uno solo de estos arbitrajes se lo hicieran al Madrid, al día siguiente la prensa ardería. El Fernández Borbalán éste ya nos ha liado más de una y nos ha robado más de un punto. Está claro que nuestros dirigentes no se hacen respetar en la federación. Ni eso saben hacer.
De Quique, que voy a decir. Ya sabéis que no es santo de mi devoción, pero me alegré de que el Calderón le animara, y me alegré porque cualquiera que sepa leer entre líneas no interpretará esos cánticos literalemente, sino como una expresión al palco de que no es precisamente el entrenador quien tiene que irse para que esto se arregle.
En cualquier caso, sigo sin entender que Perea juegue y Domínguez se quede en el banquillo, que Elías no vaya ni convocado, no me gusta Valera de lateral derecho y sigo creyendo que a Fran Mérida se le dan muchas mas oportunidades que a Juanfran, Elías o Koke.
Y, por cierto, ojo a la tabla, que estamos a 7 puntos de UEFA, a 15 de champions y sólo a 9 del descenso. Igual hay que dejar de mirar hacia arriba y empezar a recelar de los de abajo. La semana que viene jugamos en Zaragoza, posible rival directo por eludir el descenso.